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jueves, 18 de noviembre de 2010

Grado tiene el corazón frío

Los alumnos y profesores de la escuela de música sobreviven al otoño con abrigos y radiadores a la espera de tener calefacción en el nuevo edificio

Con el radiador de aire caliente a cuestas y con los abrigos puestos. Así intentan sobrevivir los alumnos y profesores de la escuela de música de Grado al frío del otoño, a la espera de que el edificio Sagrado Corazón, inaugurado este mismo curso, disponga de calefacción. La dirección y algunos padres denuncian, además, que la actual sede de la escuela municipal no cuenta con internet, que la limpieza de las instalaciones es deficitaria y que no existe un conserje de forma continuada durante el horario de clase.

Tras la mudanza, en octubre, a este equipamiento, muy demandado por los moscones y que requirió una inversión superior a los 1,4 millones de euros, los músicos no tuvieron más remedio que sacar antes de tiempo sus prendas de abrigo del armario para seguir afinando sus instrumentos. Su ilusión les ayuda a calentar un ambiente gélido.

Rebeca Velasco, directora de la escuela de música de Grado, comenta que «no ha sido nada fácil el comienzo de este curso» y eso que, a priori, los cien alumnos que tiene bajo su tutela estrenaron unas instalaciones de lujo: amplias, modernas y luminosas. «Cuando llegó el momento de hacer las matrículas, vimos que en el edificio no había línea de teléfono, lo que ya representó un gran problema para arrancar, a la vez que algo totalmente incomprensible en un proyecto de esta envergadura. Ahora lo estamos pasando muy mal con el frío porque no es normal que estemos calentando las aulas con radiadores que traemos de casa», explica Velasco.

Las clases más frías son las de la planta de arriba del edificio, especialmente aquella donde los niños más pequeños dan sus clases de canto. «Siempre les recuerdo que no se quiten el abrigo ni para cantar porque si no vamos a terminar todos con un gripazo tremendo», explica la directora sin perder el sentido del humor.

Otro de los servicios básicos, la limpieza, tampoco cuenta con el aprobado de la mayoría de los usuarios del centro. El Ayuntamiento ha contratado recientemente los servicios de una compañía para el acondicionamiento de los espacios comunes. De la limpieza de las aulas se siguen ocupando los propios profesores. «Al principio del curso, los baños daba pena verlos, no había ni papel higiénico», destaca un padre.

El edificio que alberga la nueva Escuela de Música se construyó en 1920 y durante muchos años fue utilizado como centro escolar. El nuevo equipamiento, de forma rectangular, consta de tres plantas de unos 280 metros cuadrados de superficie por planta. Dispone, además, de varias aulas para la enseñanza de lenguaje musical y de los distintos instrumentos. La última planta del edificio, que es bajocubierta, está ocupada por las aulas para la enseñanza de las diferentes especialidades musicales.

Tras superar con nota el examen de diseño al que sometieron los moscones al emblemático edificio después de su rehabilitación, ahora resta que se convierta en el lugar confortable en el que alumnos y profesores dispongan de los servicios básicos. El alcalde de Grado, Antonio Rey, (PP), aseguró ayer que «el problema de la calefacción podría solucionarse en una semana, en cuanto el Ayuntamiento obtenga un permiso de Industria». Hasta entonces, los músicos tocarán con el abrigo puesto.

Fuente:La Nueva España

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